Esta es la historia de una mosca que se coló en una clase de música. Se puso a revolotear como loca por el pentagrama de la pizarra. Y como era muy juguetona y le gustaban las matemáticas, saltaba por el pentagrama contando las notas de 6 en 6. Después del do cogía impulso hacia arriba y saltaba hasta el la. Si se posaba en el re agudo, cogía impulso hacia abajo y saltaba hasta el fa. Un gato que andaba por allí, intentó cazarla y empezó a contar de 6 en 6, para anticiparse a los saltos de la mosca. Pero entonces... la mosca se fue a las teclas del piano. Despistó al gato haciendo sextas mayores y menores, porque unas veces volaba a las teclas blancas y otras a las negras. ¡Qué lista!